pecorino romano

Dicen que para los no entendidos resulta difícil distinguir entre el parmigiano reggiano y, sin embargo, parece que las diferencias son muy obvias para los amantes del queso. La más importante de estas diferencias reside en el tipo de leche con que se elabora cada uno de los quesos. El parmesano es producido a partir de la leche de vaca, mientras que el pecorino está hecho con leche de oveja. De hecho su nombre deriva del vocablo pecora, oveja en italiano.

El pecorino romano es un queso duro y con un elevado contenido en sal que lo hace especialmente propicio para cocinar: gratinados, escamas en ensaladas, salsas, rallado… ya que su sabor para comer solo es demasiado fuerte.

pecorino romano

Las primeras menciones documentadas que existen sobre el pecorino romano se remontan a dos milenios atrás y las encontramos en autores como Plinio el Viejo. Sin embargo, la producción de este queso se trasladó a Cerdeña cuando a finales del siglo XIX Roma prohibió el salazón de los quesos en las mismas tiendas en que se comercializaba.

El pecorino romano, con Denominación de Origen Controlada, no debe ser confundido con otros pecorinos, como el sardo y el toscano que, aunque elaborados también con leche de oveja, poseen un sabor más fino y una textura más suave a la hora de ser comidos en aperitivos o sándwiches.

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