La Vía Appia fue uno de los caminos romanos más significativos e importantes de aquellos pertenecientes a los romanos. Esta vía, que era conocida como la reina de todos los caminos, era la encargada de conectar a Roma con Brindisi, en la región de Apulia, en el suroriente de Italia, y aún en la actualidad se pueden ver varias joyas arquitectónicas y culturales recorriendo algunos de sus pedazos.
Desde el kilómetro uno hasta el séptimo se puede ver algunos de los monumentos más importantes y conservados de toda esta vía. Se puede empezar con la Porta de San Sebastiano que hace parte de las llamadas murallas aurelianas que se encargaban de la defensa de la ciudad de Roma y que se encuentra en el suroriente de ella. Esta puerta está hecha de ladrillo y con dos torretas, está en un buen estado de conservación.
También en esta parte de la Vía Appia se puede visitar la famosa Iglesia de Santa María en Palmis, que es más conocida como la Chiesa del Domine Quo Vadis, que es un pequeño templo que está en el suroriente de Roma. Este sitio está a sólo ochocientos metros de la Porta de san Sebastiano y se dice que en este lugar fue que San Pedro encontró a Jesús mientras este estaba escapando la persecución de la ciudad.
Al terminar de visitar esta iglesia se puede ir a la de San Sebastiano fuori le mura, también conocida como la de San Sebastián fuera de las murallas o de San Sebastián y las Catacumbas, que es una basílica que está en el centro de Roma. Esta es posiblemente una de las iglesias más visitadas de Roma, porque fue escogida como uno de los siete centros de peregrinación en Roma, por lo que cada vez más creyentes llegan hasta ella.