Así no se practique la religión para la que fueron construidos, algunos templos valen la pena la visita por su espectacular diseño, por su historia y porque son todos unos símbolos locales. Un perfecto ejemplo de esto es la Catedral de Siena, llamada también Duomo di Siena, que es una iglesia medieval en esta ciudad de Toscana, en el centro de Italia.
Esta iglesia la encuentras en el centro histórico de la ciudad, que es uno de los atractivos más visitados tanto del país como del mundo, y fue diseñada y construida durante el siglo decimotercero, entre los años 1215 y 1263 en el sitio en donde había un templo antiguo. Se suponía que esta iglesia sería ampliada para ser de mayor tamaño que la Basílica de San Pedro en Roma, pero ese proyecto no pudo ser terminado.
La Catedral de Siena es uno de los ejemplos más espectaculares de la arquitectura gótica italiana y lo primero que puedes ver que se destaca son sus rayas blancas y negras, que representan los colores de la ciudad. Lo primero que puedes ver es la torre que data de 1313 y que tiene un estilo románico, teniendo arcos en varios niveles y terminando con un techo en forma de pirámide.
La entrada de la parte sur es llamada Porto del Perdono o Puerta del Perdón, que tiene en su parte alta un busto de la virgen y el niño de Donatello; mientras que en la oriental puedes ver las réplicas de varias estatuas de Giovanni Pisano, ya que las originales están en el Museo de la Ópera, que representan profetas, animales como leones y filósofos griegos.
El interior de esta catedral es bastante particular con sus líneas blancas y negras que están por todas partes, además de los arcos de la nave te recomiendo ver otras esculturas de Pisano. Y no te puedes ir sin ver el impresionante suelo que tiene 59 paneles que fueron hechos por varios artistas de Siena, así como una buena colección de pinturas al fresco.
Fotografías de bryce_edwards, Alaskan Dude, Jazzbeaunola, sarahsampsel, alh1.