Los tiempos de hoy nos traen modas y costumbres en torno a la decoración corporal. Es el caso de los tatuajes, una manera de adornar el cuerpo que desde hace unos años se ha vuelto a poner de plena vigencia. Sin embargo los orígenes del tatuaje se pierden en el tiempo y hasta el propio Ötzi, aquella momia alpina conocida como ‘el hombre de hielo’ de más de 5.000 años de antigüedad, poseía su propio dibujo corporal.
Lo cierto es que si analizamos incluso la etimología de la palabra tatoo nos llevaremos una sorpresa, porque su origen es el término samoano tátau, que se emplea desde allende los tiempos para definir las marcas de tinta que los antiguos guerreros se inferían en sus cuerpos. El hecho de que el vocablo de Samoa inspirara el nombre de los modernos dibujos con los que adornamos nuestros cuerpos en la actualidad, no es una simple casualidad.
Se lo debemos al capitán James Cook, el famoso navegante británico que durante el siglo XVIII se dedicó a ir de isla en isla por la Polinesia. Sus propios marineros regresaron con numerosas impresiones en sus cuerpos y, por ello, durante muchos años el tatuaje apareció vinculado a la marinería.
Pero las tribus de la Polinesia llevaban desde el alba de sus tiempos tatuando a sus miembros. El proceso empezaba desde una edad muy temprana y poco a poco el cuerpo se iba cubriendo hasta conseguir ocultar toda la piel. Era una forma de defensa, de arma de guerrero, de sistema para asustar al enemigos.
Hoy día la moda del tatoo ha hecho que numerosos fans de las técnicas originales vuelvan sus ojos a los maestros de tátau polinesios. Lo cierto es que muchos de ellos son ahora muy cotizados y recorren el mundo en festivales donde realizan sus tatuajes a unos pocos privilegiados y para ello emplean el método original de golpear una cuchilla con un palo e ir introduciendo la tinta en las heridas.
Joel Glez Pérez mayo 26, 2013 a las 8:48 pm
Excelente investigación, estoy estudiando periodismo y para la realización de mi tarea, tu articulo me fue de mucha ayuda!!
ResponderMar Santiago mayo 28, 2013 a las 6:47 am
¿Qué tal Joel? No sabes cómo me gusta que el trabajo te haya servido de documentación. Gracias por contárnoslo y un fuerte abrazo.
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