El año 2010 ha sido especial en la trayectoria de uno de los escenarios más famosos del mundo: El Teatro Bolshoi de Moscú.
Durante el primer trimestre, el legendario edificio inauguraba la remodelación de su fachada, en un proyecto de renovación del conjunto arquitectónico que ha concluido tan solo su primera fase.
A este remozamiento hay que añadir en este mes de septiembre el estreno de su 235 temporada y lo han hecho con un espectáculo de una de sus disciplinas mundialmente más apreciadas: El ballet.
El Bolshoi, en colaboración con el Ballet Preljocaj, ha estrenado el espectáculo “And then, one thousand years of peace”. Los críticos han definido la función como una representación vanguardista y perturbadora de la tranquilidad.
“Y entonces, mil años de paz” ha sido dirigida por el coreógrafo francés Angelin Preljocaj, inspirándose en la visión del apocalipsis de San Juan: lavado de las banderas de Rusia y EE.UU., bailarines envueltos en papel de celofán, desnudos, sexualidad casi explícita…
Para el bailarín su visión apocalíptica no es más que un paso de autolimpieza de la Humanidad, para regresar a un estado anterior que nos devuelva la dignidad perdida.
El espectáculo se estrenó en la segunda mitad de septiembre en el Bolshoi y en estos últimos días del mes y durante todo octubre serán los franceses quienes puedan contemplar la obra de Preljocaj; concretamente en Lyon y Paris.
Una apuesta valiente, arriesgada y controvertida; pero dotada de un empaque artístico incuestionable.