Uff, suena exótico y también frío, muy frío… helado. De hecho, hablamos de disfrutar una de las experiencias más espectaculares que nos ofrece Kemi, en la Laponia finlandesa: Disfrutar de un baño en las aguas heladas del Mar Báltico y, desde luego, para realizar esta actividad hemos de poseer corazón de auténtico aventurero.
Si el tiempo lo permite y la meteorología ha hecho su trabajo, las aguas árticas de la zona ya deben estar más que congeladas y es el momento de realizar una de las actividades más emocionantes con que podemos celebrar una Navidad muy diferente: Subir a bordo de un rompehielos y navegar por el Círculo Polar Ártico.
Para ello hemos de subir a bordo del Sampo, considerado el único rompehielos turístico del mundo. El barco prestó sus servicios durante 30 años, quebrando las aguas heladas y abriendo rutas en mitad del hielo. Ahora su destino es mostrar al viajero una de las caras más impresionantes del turismo por el Báltico.
La travesía dura unas cuatro horas y durante ese tiempo tendremos la oportunidad de observar cómo la dura capa de hielo, a veces de hasta ocho metros de espesor, se va quebrando por la fuerza de los motores del imponente rompehielos. Además la tripulación nos llevará a la sala de máquinas, para que podamos comprender el funcionamiento del Sampo. El gigante realiza su trabajo y nosotros seremos testigos de excepción desde sus tripas hasta el puente de mandos.
Resultará inolvidable compartir un almuerzo típicamente lapón con el personal de a bordo. Pero aún nos queda lo más impresionante y atrevido, desde que partiéramos del puerto de Ajos, a unos 125 kilómetros de Rovaniemi. El Sampo para en mitad de ese mar de hielo y baja su pasarela. Ha llegado el momento de caminar sobre el hielo y de disfrutar, si el viajero es osado, de un baño de Navidad en las aguas del Ártico.
Si se aprovecha la ocasión, enfundados en los especialísimos trajes de supervivencia del barco, nunca olvidaremos la increíble experiencia de nadar en medio del hielo.