Mill Ends Park figura en el libro Guinness de los Records, como el parque más pequeño del mundo. Se encuentra en Porland, Oregón, y pervive desde que en 1948, un periodista de ascendencia irlandesa, al regresar de la II Guerra Mundial, se estableciera en este lugar de los Estados Unidos.
Mientras buscaba inspiración para sus artículos periodísticos, Dick Fagan, descubrió desde su ventana que fuera había un agujero en el suelo destinado a un poste de la luz que no sería instalado nunca. Harto de contemplar un hoyo vacío decidió, un día de Saint Patrick, adornarlo con algunas plantas y dedicárselo al patrón de Irlanda.
Fue entonces cuando empezó a hablar del Parque Mill Ends -como lo bautizó- en sus escritos para la prensa. Inventó la historia de que era un emplazamiento que albergaba Leprechauns (pequeños duendecillos verdes) y que un día encontró a uno dispuesto a concederle un deseo. Fagan afirmó pedir un parque, pero olvidó especificar tamaños y el duende que salió un poco burlón…
El hecho es que Mill Ends Park se “desparrama” sobre una extensión de terreno de 0,3 metros cuadrados y su mantenimiento no entraña grandes problemas en época de sequía. En 1970 fue incluido en el libro Guinness y, desde su creación se han ido adornando sus intalaciones con una piscina para mariposas, pequeñas estatuillas y una mini noria que fue trasladada al parque en una mini grúa.
En la actualidad, son celebres las carreras de caracoles que se celebran en el Mill Ends.