Cuando llega esta época del año nos vamos alistando para ir a lugares terroríficos que son solo para los más valientes y los que no teman a las pesadillas. Empezamos con la ciudad de Fall River, que está en el condado de Bristol, en el estado de Massachusetts, en el nororiente de Estados Unidos, y que fue el escenario de un episodio digno de película de terror.
En esta ciudad vivía la célebre Lizzie Borden, quien fue a juicio a finales del siglo diecinueve, en el año 1892, por el asesinato con un hacha a su padre y a su madrastra. Aunque esta mujer fue absuelta de este crimen, nunca se encontró a los asesinos reales, lo que hizo que ella pasara a la historia como la principal sospechosa, pero a la que nunca se le pudo comprobar algo.
El 4 de agosto de 1892, Andrew Borden y su esposa Abby fueron asesinados en dos lugares diferentes de su casa en Fall River, él en la sala y ella en una de las habitaciones. Fue la misma Lizzie la que encontró los cadáveres y avisó a la empleada de la casa y a las autoridades, y aunque debido a los problemas que tenía con ellos, fue la única sospechosa, nunca se pudo comprobar que fue ella la que lo hizo.
A pesar de que nunca fue a la cárcel por estos delitos, Lizzie Borden se quedó viviendo en esta ciudad hasta su muerte, aunque se mudó de casa junto a su hermana, y tuvo que aguantar el aislamiento del resto de la comunidad. En la actualidad, la casa en la que ocurrieron los crímenes es un bed&breakfast, y es un sitio muy popular entre los que quieren un poco de terror en sus vidas.
Esta casa tiene diferentes habitaciones para sus visitantes que están nombradas en honor a los que la habitaban en las épocas de las muertes. Aunque es posible visitarla sin quedarse allí, recorriendo su historia y viéndola como un museo, los que se hospedan tienen un tour un poco más a fondo y muchos reportan haber vivido experiencias extrañas como cámaras que se encienden solas y hasta movimientos en medio de la noche.
Fotografías de FromSandToGlass, jjandames, dbking, jimcintosh, owlpacino.