Todo comenzó en 1978 por una disputa entre nadadores y corredores, quienes pugnaban para dejar claro quiénes estaban en mejores condiciones físicas. Para determinarlo optaron por el Ironman, una prueba a la que añadían también un recorrido en bicicleta. Aunque el Ironman se celebra en varios ciudades del planeta, lo cierto es que la prueba de los atletas de hierro de Hawái es la más dura y famosa; de hecho, hablamos del Campeonato del mundo de este triatlón.
Sólo difundir las cifras de este durísimo recorrido, abruma. Los participantes en el Ironman de Kailua-Kona deben enfrentarse a tres pruebas: 4 kilómetros a nado, 180 kilómetros en bicicleta y una maratón de más de 42 kilómetros. Los atletas cuentan con un máximo de 17 horas para afrontar el reto y la media suele estar alrededor de las 12, aunque el récord está en 7 horas y 41 minutos.
Participar en el Ironman requiere un entrenamiento medio de dos años enfrentándose a grandes y tortuosas distancias y sólo participar en las pruebas clasificatorias está considerado una hazaña. Terminar el Ironman también eleva considerablemente el palmarés de cualquier atleta participante. El papel de la mujer en el Ironman tampoco es para tomárselo a risa. De hecho, las féminas han conseguido algunos récords de vértigo. Es el caso de Paula Newby-Fraser, apodada ‘The Queen of Kona’ y que ha ganado 8 veces el Ironman; o Natascha Badmann, ‘The Swiss Miss‘, 6 veces campeona del Ironman.
Este año, el icónico evento deportivo, con más de 2.000 participantes, medirán sus fuerzas contra sus rivales y contra la extrema Naturaleza hawaiana, el 11 de octubre.