Nueva York, la ciudad de los rascacielos, el hogar de Miss Liberty, la capital financiera del mundo, The Big Apple, los taxis amarillos, los grandes musicales, la ciudad que nunca duerme, el sueño americano, el lugar más turístico del mundo, la urbe de los excesos… En Nueva York parece existir un espacio para cada expresión y para cultura y contracultura… I Love SoHo!
Esta típica ubicación neoyorquina ha pasado por un buen montón de etapas, desde aquellos albores industriales y metálicos, poblado por gente de baja estofa, del siglo XIX. Eran los tiempos en que la zona se conocía como Los cien acres del Infierno o el Distrito del hierro fundido. Pasaron los años y la decadencia se fue apoderando del barrio.
Fueron tiempos para el recuerdo, porque ya ni siquiera la industria tenía ojos para este trazado. Hundido y prácticamente abandonado, los antiguos almacenes y las viejas fábricas fueron adquiridas a bajo precio por los artistas y la bohemia de Nueva York. Aquí se instalaron, adecuando los locales en lofts de moda. Era la década de los 60 y 70 del siglo XX.
El encanto se perdió cuando los elegantes quisieron invadir el espacio de los artistas. Las calles del SoHo, bautizado así como un juego de palabra por su ubicación (South of Houston Street), se convirtieron en la diana de los yuppies y los bohemios se largaron del barrio. Ahora el SoHo está plagado de caros restaurantes y galeristas de postín.