El tranvía de San Francisco

Tan famoso como sus célebres calles empinadas o el popular barrio de Castro del glorio Harvey Milk o el colgante puente de Golden Gate, nos hallamos ante una de las imágenes más icónicas de la ciudad de San Francisco: La red de travías.

Con una dilatada historia a sus espaldas, el travía de la bahía de San Francisco es una de las principales atracciones turísticas de la ciudad y la experiencia ofrece además una panorámica con bastante perspectiva de sus calles de pronunciadas pendientes. El trolebús llegó a San Francisco en la última mitad del siglo XIX y fue tal el éxito que alcanzó de inmediato que rápidamente tuvieron que inaugurar líneas nuevas.

Sin embargo, la llegada de la electricidad y el terrible terremoto que asoló la bahía a principios del siglo XX, hicieron que ese auge fuese tan sólo momentáneo. Así llegaron renqueando hasta la década de los 40, cuando definitivamente cayeron casi en el olvido debido a la entrada en el mercado del transporte de los autobuses, que permitían salvar las pronunciadas cuestas de la ciudad sin la menor dificultad.

Conductor del Trolley

Sin embargo, fue precisamente gracias a una revuelta de ciudadanos, que se impidió que se clausuraran todas las líneas. De este modo han llegado tres de ellas hasta la época actual, en que básicamente son una atracción para el viajero. Darse un par de paseos por una o todas las líneas del tranvía de San Francisco puede resultar un experimento muy divertido, sobre todo si el viajero se atreve a trasladarse colgado por fuera del vagón.

Además, las tres líneas conservan los tranvías originales o, en su defecto, utilizan fieles réplicas, para potenciar el añejo atractivo de este singular medio de transporte.

Fotografías de haddensavix, paulhami, Martin Cathrae, Paul Lowry.
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