Forma parte del imaginario popular de todo el mundo, tal vez porque el cine y la televisión se han encargado, casi desde sus orígenes, de difundir esta imagen tan tópica y típica de la ciudad de San Francisco. Pocos conciben un paseo por las empinadas calles de una de las ciudades más icónicas del Norte de California, sin encaramarse a uno de esos conocidísimos vagones y romper las leyes de la verticalidad.
Tal vez sea una de las ciudades con tranvía más fácilmente reconocible y es que el San Francisco Cable Car System lleva funcionando desde la segunda mitad del siglo XIX, oficialmente desde 1878. Desde entonces y al margen de su indudable operatividad como sistema de transporte, se ha convertido en una de las principales atracciones turísticas de esta zona de Estados Unidos.
Los sanfranciscanos se sienten realmente orgullosos de los tranvías de su ciudad y está incluido en el Registro Nacional de Lugares Históricos de Norteamérica.
Eso sí, hemos de hacer una advertencia a los intrépidos viajeros en materia de seguridad: ¡Cuidado! El sistema de tranvías de San Francisco está considerado por el propio Departamento de Transportes de EE.UU., como el medio de transporte masivo con mayor número de accidentes anuales. De hecho, se calcula que la ciudad ha tenido que pagar unos 8 millones de dólares, en los últimos tres años, en indemnizaciones a las víctimas.
