Su nombre proviene del latín, ‘passus‘=sufrimiento, paso. Hemos de remontarnos a la Edad Media, cuando grupos actorales representaban escenas relacionadas con la Pasión de Cristo. Para que los espectadores pudieran contemplar con mayor detalle las representaciones, los actores se subían encima de unas andas y eran transportados por las calles por un grupo de porteadores.
Ese sistema fue poco a poco imponiéndose para que las cofradías fuesen sacando en procesión sus imágenes religiosas y en la actualidad es la fórmula empleada en la Semana Santa de todas las provincias españolas.
En un principio, el uso de las andas o los tronos no fue para este fin. En realidad, comenzaron empleándose para el paseo de las imágenes católicas en rogativas para que el tiempo acompañase y, sobre todo, en momentos de dura sequía, rogar porque la lluvia llegase a tiempo para proporcionar una cosecha que acabara con las hambrunas.
Hoy en día, los pasos procesionales de la Semana Santa Española portan imágenes individuales o grupos escultóricos completos. Algunos de ellos poseen un alto valor artísticos y fueron realizados por maestros escultores de la imaginería, como Alonso Cano o Salzillo. Los tronos pueden ser paseados a través de distintos dispositivos mecánicos, aunque en algunos lugares como Sevilla, Málaga o Castilla y León, el esfuerzo lo hacen los costaleros y porteadores, unos soportando el peso del trono sobre los hombros y otros sobre la cerviz.
