Cada año y desde hace más de una década, durante los últimos días de agosto y primeros de septiembre, varias localidades manchegas se reúnen para celebrar la Fiesta de los Gancheros del Alto Tajo. Desde el municipio de Peñalén, en la Guadalajara española, trasladan cientos de troncos hasta Aranjuez, sirviéndose de las aguas del río.
El oficio, tradicional en Castilla-La Mancha, no estaba exento de dureza y los gancheros manchegos debían luchar contra la fuerza de las aguas, con extraordinario equilibrio y arrojo, equipándose con una larga pértiga terminada en gancho y que les servía para ayudarse y conducir los inmensos troncos de árboles.
Ahora sus descendientes rinden homenaje a estos hombres valientes y sacrificados que usaron este sistema de vida, patente en el libro de José Luis San Pedro -luego llevado al cine en 1989- “El río que nos lleva”. La “maderada” fue transportada así desde el siglo XVI y hasta la década de los 50 del siglo pasado, a través de las corrientes del Ebro, el Segura, el Tajo, el Júcar y el Turia.
Durante la celebración de la fiesta ganchera, los vecinos de los pueblos de la comarca, se atavían con la ropa tradicional de los gancheros y realizan exhibiciones de corta de pino con hachas, para después hacer una suelta de troncos. Además, los actos festivos se completan con degustaciones gastronómicas de platos típicos de la zona.