Hoy visitamos una de las joyas de Málaga, no en vano los malagueños nos sentimos muy orgullosos de este Mercado de Atarazanas, que lleva dándonos de comer a tantas y tantas generaciones. Bien merecida se tiene su declaración como Bien de Interés Cultural, dentro del Patrimonio Histórico de España, y es que su puerta nazarí observa el devenir de la ciudad desde el siglo XIV.
Como testimonio discreto de su antigüedad, baste alzar la vista hacia ese majestuoso arco de medio punto y contemplar el escudo que Pedro el Cruel concedió a Mohamed V por la ayuda prestada para recuperar el trono de Castilla. A pesar de esta alianza entre califas y reyes castellanos, lo cierto es que en el escudo reza esto tan islámico de ‘Sólo Alá es vencedor’.
El Mercado de las Atarazanas, que es su nombre original, no siempre fue plaza de abastos y, en sus comienzos, el imponente edificio árabe, del que sólo queda la fastuosa puerta de mármol, albergaba las instalaciones de unos astilleros para la asistencia y reparación de barcos. Luego el tiempo fue concediéndole otros usos: lonja de pescado, edificio de acuartelamiento, hospital militar…
Tras los acontecimientos que desembocaron en la Revolución de 1868, a punto estuvo de ser demolido este puntal de la cultura popular malacitana. Sin embargo, como todo superviviente nato, su suerte estaba ligada para siempre a la historia de generaciones y generaciones de malagueños. Después de muchas restauraciones, nuestro Mercado Central o Mercado de Atarazanas (pocos emplean el nombre de Mercado Alfonso XII, nombre que nunca caló en los habitantes de la capital de la Costa del Sol), ofrece una de las estampas más genuinas de Málaga. No se pierdan el ‘voceo’ con el que los tenderos pregonan su género. ¡Espectacular!
