Nos marchamos a pasar la Navidad a una de las zonas más frías del planeta y, además, en estas fechas. Groenlandia tiene sus propias costumbres y tradiciones, aunque muy matizadas por su climatología extrema. El frío invernal hace que todo se vuelva aún más difícil en un mundo helado y de nieves casi perpetuas, con el 90% de su superficie cubierta por el hielo y donde apenas algunas pequeñas zonas costeras permiten unos climas más tolerantes con el ser humano.
Aquí uno de los pueblos nativos, los inuits, también tienen sus propias costumbres, como la de comer Kiviak, uno de los platos más importantes para estos habitantes de Groenlandia. Aunque se prepara en tiempos más benignos, para luego poder comer en invierno; en realidad, suele reservarse para grandes ocasiones: celebraciones, bodas y la noche de Navidad.
Para muchos resulta una comida extrema y muy desagradable; aunque con mucha frecuencia olvidamos lo que de desagradable tienen nuestras propias costumbres para otros: comer las criadillas del toro en lugares como España, la sangre en morcilla en lugares como Francia, la carne de perro en sitios como Vietnam o China, los insectos en lugares sudamericanos o asiáticos…
Para los inuits el Kiviak es ambrosía. Se prepara vaciando una foca todo cuanto se pueda, pues ella va a servir casi de nevera o despensa para el resto de las viandas. La foca se rellena con alcas, aves marinas muy comunes por allí. Se emplean más de 500, sin ningún tipo de preparación o aditivo, para rellenar la foca.
Una vez hecho este proceso, con los pájaros dentro intactos, se cose la foca procurando que no quede aire en su interior y se deja fermentar el contenido durante 7 u 8 meses. Luego se vacía la foca, se despluman las alcas fermentadas y se come su carne cruda y fermentada. Aquí podéis ver el vídeo completo de cómo preparar y comer las alcas del kiviak.