En Escandinavia se pueden encontrar varias islas que tienen unos paisajes que realmente quitan el aliento, compuestos por construcciones, naturaleza y el mar entre las rocas. Si te animas a ir a alguno de estos países, te recomiendo ir al archipiélago de Ertholmene, que también es conocido como Christiansø, y que está en Dinamarca.
Este pequeño grupo de islas e islotes se encuentra a unos dieciocho kilómetros hacia el nororiente de la isla de Bornholm, teniendo un área total de unas 39 hectareas y siendo considerado como el punto más oriental del país. La forma más fácil de llegar hasta allí es en ferry desde lugares como Allinge-Sandvig, Gudhejm y Simrishamn, así como en yate para los que quieren navegar en esta parte del mundo.
Las islas de Ertholmene se componen por dos islas principales que son Christiansø y Frederiksø, que puedes recorrer a pie, ya que no hay ninguna clase de vehículos en ellas, y están unidas por un puente que tiene unos treinta metros de largo. Un recorrido por la primera isla la puedes empezar por el Museo de la Pequeña Torre, en donde puedes ver exhibiciones de historia, la naturaleza y la cultura locales.
También te recomiendo ir a la Gran Torre, que fue construida en el año de 1684, y el faro que tiene en su interior, que fue hecho en 1805, y que tiene en lo más alto una plataforma de observación desde donde puedes ver todo el archipiélago en los días más claros. Luego puedes dar una vuelta por las villas locales, que están llenas de casas típicas, algunas de las cuales tienen colores vivos.
Algunas de las pequeñas islas tienen una buena cantidad de pájaros durante todo el año, ya que hasta allí llegan para anidar, migrar y algunas hasta se quedan durante todo el año. A pesar de que no está permitido ir hasta ellas, es posible ver estos animales en los alrededores de las islas habitadas, y después disfrutar de la naturaleza y los paisajes únicos que puedes ver en estas islas.
Fotografías de Hans-Peter Balfanz, Lilly M, Bo Nielsen, Hubertus.