Brasil… ¡Ay, Brasil! ¡Tastas evocaciones sugeridas…! País bello, alegre, mestizo, vibrante, hermoso, acogedor… Millones de adjetivos para calificar a una de las zonas más bellas del continente americano. ¡Hasta el final del año es distinto en Brasil!
En esta parte del mundo la celebración del nuevo año está muy ligada al agua, al mar, a la fusión de religiones nativas, cristianas y africanas. Al color blanco. A las flores. Al fuego. A la alegría, de cualquier modo. A la diversión…
El país entero se apega a las tradiciones y a las ganas de vivir “lo nuevo”; ambas cosas tan incondicionales del carácter brasileño. Pero si hemos de destacar dos lugares en los que pasar un fin de año inolvidable, lo haremos haciendo referencia a Rio de Janeiro y a Bahía.
En ambos lugares es habitual que esa noche se acuda a la playa vestidos de blanco, una costumbre muy apegada al Candomblé, a las filhas do santo y, por supuesto, al culto a Iemanya. Pequeños barquitos con ofrendas y regalos para la diosa son echados al agua, con la esperanza de ser aceptados por la divinidad y que nos devuelva bienestar para todo el año que llega.
Igualmente, flores y velas son lanzadas al mar y si además consigues saltar siete olas la suerte está garantizada. Fuegos artificiales, hogueras, samba, axé, capoeira, música y alegría para una noche explosiva en un país que siempre sonríe y danza pleno de diversidad.