Resulta espectacular, como poco, la publicidad de la cerveza Paceña Centenario, una birra boliviana en cuya elaboración utilizan agua procedente de la mismísima Cordillera de los Andes. Desde luego no tendríamos por qué dudar de este hecho y mucho menos cuando, por ubicación, esta pale lager se embotella a casi 3.500 metros sobre el nivel del mar.
La Paceña Centenario comenzó a ser elaborada allá por 1886 y, desde entonces, se afirma que en su preparación se usa agua de los glaciares andinos. Lo cierto es que la reina de las cervezas de Bolivia, posee varios premios internacionales, aunque para los muy cerveceros no resulte de las más afortunadas.
Sin embargo, a quienes disfrutan con sabores suaves, la birra fabricada por la Cervecería Boliviana Nacional, resulta muy refrescante y su 5,2% de alcohol apenas si es perceptible. Su espuma es muy blanca y se disipa con extremada rapidez, dejándonos en compañía de las pequeñísimas burbujas de la rubia.
Tal vez lo que más extrañe al paladar de los europeos sea la poca presencia del lúpulo y el fuerte sabor a maíz, por otra parte algo muy habitual en las cervezas latinoamericanas. De todos modos, servida bien fría y en vaso largo, la Paceña Centenario nos permitirá un momento de relax en nuestro periplo boliviano.
