La Catedral de Tournai, también llamada de Nuestra Señora de Flandes, es no sólo uno de los lugares arquitectónicos más importantes de esta ciudad del sur de Bélgica, sino que es considerada como toda una joya en todo el país. Este lugar es uno de los mejores ejemplos en el mundo del estilo arquitectónico románico, y se destaca por sus torres, por el tamaño de su nave y por las impresionantes esculturas que allí existen.
La edificación que los turistas pueden ver en la actualidad fue construido en el siglo decimosegundo, entre los años 1141 y 1171, y fue hecha una catedral románica debido a que la ciudad se convirtió en la sede del obispo. A través de los siglos siguientes, este lugar ha sido renovado y ha sobrellevado diferentes tipos de mantenimiento, lo que hace que se conserve en un excelente estado hasta el día de hoy.
Además del gran tamaño que tiene la Catedral de Tournai en su interior, existen varios detalles que atraen la atención de los visitantes como son sus pinturas, entre las que se destacan las de artistas como Rubens y Jordaens, así como sus murales que tienen unos setecientos años de antigüedad. También recomiendo poner atención al púlpito del estilo del renacimiento y al rosetón de su puerta principal que tiene vitrales.
Pero todas estas partes de este templo no se igualan con lo que se puede ver en el Trésor, o Tesoro, donde hay una gran colección de reliquias y antigüedades religiosas. La parte principal de esta colección es La Chasse de Notre-Dame, o el Altar de Nuestra Señora, que es un relicario hecho de oro y con estatuas, hecho por Nicholas Verdun en 1205; aunque también se pueden ver tapicerías del siglo quince y una cruz bizantina con incrustaciones en oro que data del siglo décimo.
La Catedral de Tournai se encuentra en la Place de l’Evêché y está abierta entre los meses de abril y octubre todos los días de 9:15 de la mañana a mediodía y de 2 a 6 de la tarde, y de noviembre a marzo hasta las 5 de la tarde; siendo la entrada gratuita. El tesoro por su parte tiene el mismo horario, pero está cerrado los sábados, domingos y feriados en la mañana, y la entrada tiene un pequeño costo.
Fotografías de Jean-Pol GRANDMONT, Welleschik.