El estado de Burgenland es el que está más hacia el oriente de Austria y es uno de los menos poblados, teniendo extensos campos que hacen precisamente parte de su atractivo. La mayor parte de los turistas internacionales que llegan hasta esta parte del país lo hacen en búsqueda de un lugar tranquilo en el campo para disfrutar de la tranquilidad local, al menos por algunos días.
En esta búsqueda muchos se encuentran con la ciudad de Rust, que además no es lo que muchos esperan porque no tiene unicamente la típica arquitectura del campo austriaco. Esta ciudad es una combinación perfecta entre la tranquilidad del campo y la belleza clásica de una ciudad antigua, siendo perfecta para pasar un fin de semana.
La población se encuentra en las orillas occidentales del lago Neusiedl, a solo trece kilómetros de la capital del estado, Eisenstadt. Su rica arquitectura se debe a la gran prosperidad que este lugar tuvo en la actualidad siendo una “freistadt” o una ciudad libre que podía tener unas leyes diferentes y simplemente le debía obediencia al Emperador del Imperio Romano.
Una gran parte de la riqueza de la ciudad de Rust, que se mantiene hasta la actualidad, viene de sus viñedos y que también hace parte de su atractivo al día de hoy. En ella tienes la oportunidad de visitar varios viñedos y probar su producción, así como fácilmente probar algunos de los mejores cuando estás comiendo en algunos de los restaurantes locales, entre los que se destacan los blancos.
También te aconsejo dar una vuelta por su centro histórico, que fue construido entre los siglos dieciséis y diecinueve, y que es considerado como uno de los más hermosos de la región. Allí puedes visitar la Fischerkirche, que tiene un estilo románico; la Casa Kreymayr y la plaza central que tiene enfrente, el Museo del Arte, y las calles de ese casco antiguo.
Fotografías de Jacquesverlaeken, Markus Hammer, Bwag, Steindy.