Hablamos tal vez del servicio de taxis más lujoso del mundo. En Alemania, los cabs son grandes, potentes y… caros, como casi todo en la ‘locomotora de Europa’ y uno de los estados más neoliberales del mundo. Mercedes o BMW son los grandes gurús de los servicios de taxis y los vehículos no adolecen de ninguna inconveniencia que no sea el precio.
De un discreto y elegante color crema, los taxis de Alemania, si nos atenemos al confort, son fantásticos. Pisan fuerte y no escatiman en potencia, incorporan todos los gadgets tecnológicos y todo tipo de sistemas de seguridad y comodidad y, lo más normal, es que acabemos sentándonos en un Mercedes Clase E, el tipo más habitual de vehículo.
Aquí el taxímetro funciona perfectamente, casi todos los vehículos aceptan tarjeta de crédito y el servicio es completamente seguro y regulado. Pero como decíamos, los precios son elevados, nada de extrañar en uno de los países más caros de Europa y también con los sueldos más altos.
La flota de taxis alemana es muy nutrida y conseguir un vehículo es bastante sencillo, tanto por el número que circula por las calles, como las paradas que existen en la vía pública y la cantidad de compañías que operan con servicio telefónico. Eso sí, si se quiere ahorrar dinero cabe destacar que en Alemania existe un fabuloso sistema público de transporte que comunica prácticamente todo el país y también se puede disponer, de sistemas más ecológicos, como los que van en bicicletas y triciclos.