Mecklenburgo-Pomerania Occidental es un estado que está en el norte de Alemania, en el mar Báltico y con frontera con Polonia, que tiene varias ciudades históricas que te llevarán por diversos paisajes y momentos. Allí te recomiendo visitar la población de Rostock, que es la más grande de todo este estado, y que tiene su centro histórico ubicado justo en frente del mar, siendo realmente maravilloso.
Esta ciudad es una de aquellas encantadoras en las que te sentirás en casa al instante y que tiene ese ambiente romántico de las antiguas villas de pescadores. Una caminata por allí te regresará hasta la edad media con sus construcciones junto al mar, sus embarcaciones, sus sitios dedicados a la cultura y sus calles que reflejan el paso del tiempo.
La forma más fácil que tienes de llegar hasta Rostock es haciéndolo hasta el aeropuerto de Rostock-Laage a donde llegan vuelos desde diferentes partes del país y desde Suecia. También es posible llegar en tren desde la Estación Central de Hamburgo, desde la de Berlín y la de Leipzig; en autobús desde Berlín y en bote desde Dinamarca y Suecia.
El puerto es considerado como una de las partes más importantes de la ciudad, aunque ya la navegación no juega un papel tan importante en ella, aún se mantiene como su corazón, siendo también protagonista en eventos de navegación como Hanse Sain en agosto, al que llegan miles de embarcaciones y visitantes para verlas recorrer el Mar Báltico.
No te puedes perder su centro histórico que tiene esas edificaciones características de ladrillos rojos, así como la parte de muralla que aún se conserva en las cercanías de la Iglesia de San Pedro, a la que debes ir porque tiene la torre más alta de las más antiguas de la ciudad. También te recomiendo ir a la Iglesia de Santa María que es de estilo gótico, las playas de Warnemünde con su antiguo faro, y después dejarte llevar por las calles locales para descubrir rincones que se convertirán en tus favoritos.