El Imperio carolingio es el que dominó una parte de Europa Occidental entre los siglos octavo y noveno, que además dejó unas huellas arquitectónicas espectaculares que debes visitar cuando encuentres una. Si quieres ver uno de estos sitios, te recomiendo ir de viaje hasta la pequeña ciudad de Lorsch en Alemania, en donde hay una pequeña construcción de este estilo.
La Abadía de Lorsch está en esta ciudad, del estado de Hesse, en el suroccidente de Alemania, y que está a sólo sesenta kilómetros hacia el sur de Frankfurt. Este sitio es considerado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y es considerado como uno de los monasterios más hermosos del imperio carolingio, incluso si en parte se encuentra en ruinas.
La primera mención de esta abadía se hace en el siglo octavo, en el año 764, después de que fue fundada por una familia franconia, quién se la dio al arzobispo Chrodegang von Metz del norte de los Alpes. Este arzobispo se la ofreció a Carlomagno, quien le dio la protección y fue incluida en su imperio, y a través de los años ha sido destruida y renovada.
Al llegar hasta la Abadía de Lorsch, te recomiendo ver lo que queda aún en pie de ella, así como los sitios que están siendo excavados para descubrir más información sobre el pasado. Te aconsejo pasar por la biblioteca, que en sus mejores épocas tuvo unos trescientos libros escritos en su mayoría a mano; que en la actualidad tiene solo copias de libros y mapas, porque los originales están principalmente en la Catedral de Frankfurt.
Luego puedes pasar por el Königshalle, o Salón del Rey, que en la actualidad es solo un gran espacio vacío. Y para terminar, puedes dar una visita al Museo de la Abadía, en donde puedes ver modelos de las diferentes etapas por las que ha pasado, así como de las celdas en las que vivían los monjes, y partes de la historia de los alrededores.
Fotografías de MCAD Library, Evergreen68, Dguendel, Immanuel Giel, 2micha.