En medio del caos que reina en Afganistán, al que los occidentales hemos contribuido en buena medida, resulta impresionante contemplar la belleza de algunos rincones en los que aún, a través del ojo de una cámara, podemos percibir la grandeza de un país.
Las imágenes que os ofrecemos hoy pertenecen a Jaghori, uno de los distritos de las tierras altas de Afganistán. Nos encontramos en una ciudad con una vocación comercial, en la que se realizan importantes negocios, ubicada en Hazaristan, concretamente en la provincia de Ghazni.
Una mirada en torno al distrito de Jaghori nos permite vislumbrar una riqueza paisajística infinita y variada, desde ese pequeño bazar de adobe que se llama Sang-e-Masha, hasta una miríada de pueblecitos cuyos habitantes se ganan el pan con las labores de la tierra.
Los afganos de esta zona persa han sufrido, como el resto de sus compatriotas, la convulsa época que ha sacudido al país y que todavía necesitará años para ser superada. Sin embargo, contemplar las estampas a las que nos asomamos nos hace olvidar, por unos momentos los momentos de conflicto y nos permite centrarnos en un instante tranquilo y cotidiano que todos deseamos para Afganistán.
No obstante y a pesar de la oposición de ciertos grupos radicales, Jaghori ha sido siempre el lugar que más estudiantes universitarios ha enviado a la Universidad de Kabul. De hecho, cuenta con más de 20 escuelas de educación secundaria y más de un centenar de colegios de educación primaria… Una esperanza, sin lugar a dudas.
