Odesa, que en ocasiones también puedes ver escrita como Odessa, es la tercera ciudad en tamaño de Ucrania, en el oriente de Europa, que así como tiene una arquitectura muy particular, ya que parece mediterránea, también tiene sitios subterráneos que valen la pena la visita. Particularmente hablo de las Catacumbas de Odesa, que son uno de los mayores atractivos de la población.
Este sitio es una serie de túneles que tienen tres niveles y que se extienden por debajo de la ciudad y sus alrededores, siendo en su mayoría el resultado de la minería de piedra, y que alcanzan los sesenta metros por debajo del nivel del mar. De estos túneles se sacaba la piedra caliza que se usó para hacer las construcciones del siglo diecinueve, dejando las huellas que puedes ver hasta el día de hoy.
Las Catacumbas de Odesa son uno de los atractivos turísticos principales en especial para aquellos visitantes que no tienen miedo a nada, porque pueden llegar a causar claustrofobia. Todo este laberinto subterráneo tiene unos 2.500 kilómetros de extensión, y también incluye algunas cuevas, y para recorrerlo debes tener cuidado de saber por dónde entrar y salir, porque mucha gente se ha perdido en él.
Estas catacumbas fueron utilizadas durante la Segunda Guerra Mundial tanto por los rumanos como por los alemanes como una base en la que podían almacenar comida y esconderse de sus enemigos. Antes de entrar puedes recorrer el edificio principal que recrea cómo era en la guerra, que además tiene un museo en el que puedes aprender más a fondo sobre su uso histórico.
Aunque los recorridos por este laberinto de túneles se hacen en compañía de guías, hay que tener mucho cuidado al hacer esta visita, así como tener un buen estado físico. Aunque no es contra la ley entrar, tampoco es sugerido, en especial por la cantidad de perdidos que han existido al pasar de los años, así que si entras, recorre sólo lo que sientas que puedas y mantén siempre en mente el recorrido que llevas.
Fotografías de Jean & Nathalie, Marion Golsteijn.