Palmyra, que también es reconocida como Palmira, es el nombre que recibía una ciudad antigua que se encontraba en lo que hoy conocemos como Siria. Es las épocas en las que fue construida este lugar era uno de los más importantes de la región, estando en un oasis a más de doscientos kilómetros de Damasco y a 180 kilómetros hacia el suroccidente del río Éufrates.

Este lugar era reconocido como Tadmor por los locales y también se refiere a su cercanía a los árboles de palma del oasis en el que está. A este lugar se puede llegar fácilmente desde Damasco en un autobús que sale de la estación de Harasta cada hora durante el día. Muchos otros turistas toman este viaje como una aventura y van desde esta misma ciudad en un viaje que dura unos tres días.

Palmyra es uno de los sitios más turísticos del país, aunque es preferido por muchos porque aún mantiene su ambiente local y es mucho más tranquilo que otros sitios que están en el norte. El atractivo principal de este lugar son la ruinas históricas, entre las que se destaca el templo de Ba’al que tiene un gran tamaño y que es considerado el edificio religioso más importante del primer siglo en el Medio Oriente.

Desde este templo los visitantes pueden tomar una calle que aún es visible y que es llamada Decumano, que es el nombre dado por los romanos a las que estaban de oriente a occidente, que lleva al resto de la población. A la entrada del que era el casco urbano de esta ciudad se pueden ver las ruinas de un inmenso arco que tiene unas decoraciones muy ricas, que están al lado del templo de Nabu. También se recomienda ver el teatro, el pequeño Senado y el ágora.

Fotografías de paslotte, Bernard Gagnon, Longbow4u.