Aunque la globalización ha hecho que las costumbres de los pueblos se vayan mezclando, la tradición rusa consistía en celebrar la Navidad entre el 6 y el 7 de enero. Ello es debido a que la mayor parte de la población pertenecía a la Iglesia Ortodoxa. No obstante, en la actualidad coexisten las dos fechas, dependiendo de cada familia.
Como en casi todas partes del mundo, la cena de Nochebuena o la comida de Navidad es el momento más importante para reunirse con la familia, los amigos y los seres queridos. Alrededor de la mesa comparten miel, pan, requesón, pastelillos tradicionales y, como no podía ser de otro modo, el no menos tradicional vodka.
También en Rusia se intercambian regalos en estas fechas, aunque aquí, para los más pequeños, los cánones dictados por tiempos inmemoriales, venían de la mano de las Matrioskas.
Las populares muñecas rusas, elaboradas generalmente en madera y pintadas a mano, solía ser regalada a los niños durante la Navidad. En la actualidad existen matrioskas de todo tipo, elaboradas en infinidad de materiales y algunas pueden llegar a costar una fortuna. Pero suelen conservar ese toque artesanal tan entrañable. Eso sí, además de la imagen de la tradicional matrioska, ahora puedes encontrar la cara de Papá Nöel, la de un futbolista, la de cualquier cartoon o incluso la de los políticos más variados.