Concebido sobre 2,5 kilómetros cuadrados de terreno y situado al este de la capital londinense, el Parque Olímpico está siendo vigilado como si se tratase de la Joya de la Corona. Hasta el momento de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, el recorrido por las instalaciones solo está permitido con un guía oficial y una entrada que, de no tener ya adquirida, poco puedes hacer por obtenerla.
Militares a go-go, incluso rescatados de lugares donde cumplían misiones internacionales. Casi 20.000 soldados, más del doble de los militares británicos desplegados en Afganistán, vigilan la seguridad de las Olimpiadas. Por cierto, colaboran con ellos más de 12.000 policías. Así, el aspecto de Londres se asemeja más a un país en conflicto bélico, de hecho el Gobierno ha reconocido que es el mayor operativo desde la II Guerra Mundial, que a una ciudad embargada por el espíritu olímpico.
Aún así, todos los ojos están puestos en el Olympic Park de Londres y en la ceremonia de inauguración, que corre a cargo del director de Slumdog Millonaire, Danny Boyle. Pero habrá que tener mucho ojo con qué material se mete en el recinto, porque los encargados de la seguridad tienen orden de no dejar pasar nada que huela a equipo profesional de fotografía y, por si fuera poco, catalogarán en este apartado cualquier cámara con objetivo intercambiable y corren peligro incluso los smartphones.
Lo cierto es que se advierte que cualquiera que intente acceder al recinto con algún aparato que pudiese ser catalogado bajo estas premisas, podrá ser requisado sin compromiso de devolución. Tomar fotos estará complicado en el Parque Olímpico de Londres.