No, no hablamos de una pendiente cualquiera, más bien de una muy especial. De hecho se trata de la calle más empinada del mundo, oficialmente declarada y para… ¿disfrutarla?, deberemos trasladarnos hasta Nueva Zelanda, pues la encontraremos en la Bahía de Otago, concretamente en la ciudad de Dunedin.
Es la calle Baldwin y sus apenas 350 metros de longitud pueden suponer un suplicio para quienes intenten desplazarse a lo largo de ella, sobre todo si es cuesta arriba. Es tanta su pendiente, hasta 19 grados de inclinación, que en su trazado han debido emplear hormigón en vez de asfalto, para así aumentar su adherencia. Y es que en días de mucho calor, el asfalto se habría derretido desplazándose hacia abajo.
Para que nos hagamos una idea no tenéis más que recordar esas señales de tráfico que nos advierten en la carretera del peligro cuando llegamos a una zona empinada con nuestros vehículos, recordándonos que usemos el freno motor en lugares con un 5 ó 6% de pendiente.
Muy bien, en el caso de Baldwin Street, la pendiente es del 38% y necesitamos caminar casi 3 metros para salvar un metro de cuesta. Claro está que las fotos tomadas en esta zona puede resultar espectaculares y todo un reto a las leyes de la gravedad, sobre todo si nos apostamos a captar el paso de algunas personas o vehículos.
A pesar de lo empinado de la Calle Baldwin, la zona se ha convertido en un lugar de peregrinación para los fanáticos de ciertos deportes como el skate o la bicicleta.