El Clavadista

Este fin de semana, por casualidad y mientras veía un informativo en televisión, quedé fascinada por la destreza con que unos hombres realizaban saltos imposibles durante la celebración de la Serie Mundial Red Bull de Clavados de Altura, que se venía celebrando en Chichén Itzá.

Una no puede por menos que vincular estos saltos, de hombres arriesgados y apuestos, a las películas de Elvis Presley y su eterna visión fílmica de Acapulco. Pero da igual que “El Rey” no estuviese modulando con su magnífica voz las imágenes que aparecían por televisión. Las hazañas resultaban espeluznantes.

No en vano se daban cita los mejores clavadistas del mundo que, por otra parte, no todos eran mexicanos y perdonen mi ignorancia, pero me confieso completamente lega en la materia y sólo me siento absolutamente fascinada por este deporte que yo tanto asimilo con La Quebrada.

Desde un puente italiano

Claro, al ver las clasificaciones, en las que el vencedor resultaba ser colombiano y que junto a él se batían mexicanos, rusos, franceses… no pude por menos que pensar que tenía que haberlo imaginado. Tanta belleza, tanto riesgo y tanta destreza debe cautivar a aficionados de todo el mundo.

De hecho parece ser que este Mundial de Saltos continúa su evolución a través del mundo: Desde Yucatán a Atenas, de La Rochelle a Malcesine, de Boston a Yalta...

Aún así, por culpa de Elvis, del cine y por el escenario incomparable que suponen las rocas escarpadas de La Quebrada yo, desde España, continuaré pensando en Acapulco. ¡Qué le voy a hacer!

Fotografías de Sven Wolter, Jebulon, Magnus Manske, Jacalyn Engler, Jennifer Williams, Sparta, martintoy e in pulverem reverteris.
Licencia Creative Commons y/o Public Domain