Este fin de semana, por casualidad y mientras veía un informativo en televisión, quedé fascinada por la destreza con que unos hombres realizaban saltos imposibles durante la celebración de la Serie Mundial Red Bull de Clavados de Altura, que se venía celebrando en Chichén Itzá.
Una no puede por menos que vincular estos saltos, de hombres arriesgados y apuestos, a las películas de Elvis Presley y su eterna visión fílmica de Acapulco. Pero da igual que “El Rey” no estuviese modulando con su magnífica voz las imágenes que aparecían por televisión. Las hazañas resultaban espeluznantes.
No en vano se daban cita los mejores clavadistas del mundo que, por otra parte, no todos eran mexicanos y perdonen mi ignorancia, pero me confieso completamente lega en la materia y sólo me siento absolutamente fascinada por este deporte que yo tanto asimilo con La Quebrada.
Claro, al ver las clasificaciones, en las que el vencedor resultaba ser colombiano y que junto a él se batían mexicanos, rusos, franceses… no pude por menos que pensar que tenía que haberlo imaginado. Tanta belleza, tanto riesgo y tanta destreza debe cautivar a aficionados de todo el mundo.
De hecho parece ser que este Mundial de Saltos continúa su evolución a través del mundo: Desde Yucatán a Atenas, de La Rochelle a Malcesine, de Boston a Yalta...
Aún así, por culpa de Elvis, del cine y por el escenario incomparable que suponen las rocas escarpadas de La Quebrada yo, desde España, continuaré pensando en Acapulco. ¡Qué le voy a hacer!
Roberto mayo 16, 2011 a las 5:40 pm
Se necesitan nervios de acero tanto el que se avienta como el que lo ve… en Mazatlán los clavadistas son muy intrépidos y cada salto que dan la gente grita de emoción y nervios algo realmente unico, hasta que no se ve que sale el cuerpo del mar todos dan el suspiro.
ResponderDarR mayo 17, 2011 a las 2:37 pm
Muy cierto, Roberto, de hecho a mí el mirarlo me produce terror. Reconozco que es un espectáculo bellísimo y a la vez muy peligroso. Tal vez ahí radica el interés que nos produce y desde luego, quienes lo llevan a cabo son auténticos atletas.
Responderjuan manuel hernandez mayo 25, 2011 a las 2:41 pm
ACAPULQUITO QUERIDO. mi casa por 5 años es un paraiso, amiguo de los clavadistas. saludos Acapulco te quiero.
ResponderDarR mayo 26, 2011 a las 6:49 am
Saludos también para ti, Juan Manuel 😉
ResponderAlexia febrero 25, 2012 a las 1:57 pm
Me prevé demasiado peligroso y una forma de jugar con la vida a cambio de nada
ResponderMar Santiago febrero 27, 2012 a las 5:05 pm
Realmente la actividad lleva décadas practicándose en la zona. Comprendo lo que dices, porque es cierto que el riesgo que conllevan las clavadas es monumental, pero hemos de entenderlo, tal vez, con la misma filosofía que la de aquellas personas que practican deportes de riesgo y aventura.
ResponderSaludos.