Madagascar es la cuarta isla en tamaño de todo el mundo y tiene una naturaleza que es única, siendo diferente de la del resto del continente africano, pero además de su flora y fauna, en ella hay varias ciudades que también tienen sus propias atracciones. Una de ellas es Antsirabe, que es la tercera más grande del país, y se destaca por su arquitectura y sus manantiales.

Esta ciudad es la capital de la región de Vakinankaratra, en las regiones más altas del centro del país, y la forma escogida por la mayoría de los turistas para llegar hasta ella es tomando un taxi colectivo desde la estación de autobuses del sur de Antananarivo, capital de Madagascar. Este taxi deja a los viajeros a unos tres kilómetros del centro de la población, pero hasta ella se puede tomar un rickshaw.

Antsirabe tiene un clima un poco más moderado que otras ciudades del país, debido a su altura, llegando a ser muy fría en el invierno, y esa fue la razón principal por la que los noruegos la fundaron en la segunda mitad del siglo diecinueve. Y ya a principios del veinte, pasó a formar parte del gobierno francés, en el que fueron construidas sus joyas arquitectónicas.

Allí recomiendo visitar sus edificaciones de marcado estilo belle époque como son la oficina de correos, la estación de trenes de 1923, el Hotel des Thermes de 1922, el centro de baños termales de 1917 y diversos jardines en el centro de la ciudad. También se puede ver la Estela de la Independencia en la avenida de la independencia y los dos mercados públicos que son el Anrsenakely y el Asabotsy.

Este último mercado se lleva a cabo cada sábado y es uno de los más atractivos para los turistas. En la ciudad hay seis manantiales de aguas termales, siendo los más visitados los del Hotel des Thermes, que tiene piscinas a donde llegan las aguas que están a más de cincuenta grados centígrados y que se dice que tienen propiedades medicinales.

Fotografías de Bernard Gagnon, Luc Legay, Olivier Lejade.