Tal vez porque por las tierras por donde habito en estos momentos, al sur de España y casi tocando el norte de África, el calor es asfixiante y rondamos los 40 grados centígrados de temperatura, se me antojaba necesario echar un vistazo a algunas panorámicas heladas, que ayudasen a bajar un poco el valor de los termómetros y nos permitiesen refrescar aunque fuese la imaginación.
No me fui lejos de Europa, porque me quedé en Islandia, concretamente en el lago glaciar de Jökulsárlón. Desde luego las imágenes están tomadas en primavera, cuando ya las temperaturas no son tan bajas y comienza el espectacular deshielo. Eso sí, nos encontramos en el mayor lago glaciar de todo el país del hielo y el fuego.
El Jökulsárlón ha ido creciendo año a año debido al deshielo descomunal de los glaciares islandeses por el calentamiento global. La característica que lo hace más especial es la cantidad de icebergs que pueden verse flotando sobre sus aguas. Llegan por supuesto del desprendimiento de otros grandes glaciales, pero el lago glaciar se ha convertido en una atracción al ser el sitio más fácil desde el que acceder a los icebergs.
Desde luego nadie puede negar la belleza de una laguna impresionante, tanto que ha servido de localización para los exteriores de varias películas, entre las que destacan Tomb Raider, Panorama para matar, Beowulf & Grendel, Muere otro día o Batman Beguins.