El Castillo de Wolvesey es una de las edificaciones más antiguas de las que aún se encuentran en pie en la ciudad de Winchester, en el sur de Inglaterra. Aunque la mayoría de los visitantes llegan hasta esta población por su gigante Catedral de Winchester, hay varios sitios que vale la pena visitar como estas impresionantes ruinas.
Esta construcción fue mandado a hacer por el Arzobispo de Winchester, Henry de Blois, en la primera mitad del siglo decimosegundo, entre los años 1130 y 1140. Las ruinas las encuentras en la actualidad muy cerca de la Catedral de Winchester y durante años fue la residencia de los poderosos arzobispos locales durante las épocas de los anglosajones.
El Castillo de Wolvesey era el sitio en donde los arzobispos tenían su residencia, haciendo que fuera el lugar perfecto para que ejercieran su poder como consejeros de los reyes. Este lugar fue muy reconocido e importante durante la Edad Media, hasta el punto de que en el año 1554 fue decorado grandiosamente para el banquete de bodas de la reina María y el Felipe II de España.
El que también era conocido como el Palacio de los Arzobispos fue destruido durante la Guerra Civil Inglesa a mediados del siglo diecisiete, en el año de 1646. En la actualidad, principalmente solo puedes ruinas, pero en un ambiente muy tranquilo y en el que es fácil imaginar lo impresionante que era todo este sitio en otras épocas.
Este patrimonio nacional está abierto al público todos los días de diez de la mañana a cinco de la tarde, pero hay que estar pendiente del clima porque en los días más lluviosos todo puede estar cubierto de barro y hacer difícil la visita. También te aconsejo visitar los alrededores, que en los días soleados son muy populares para hacer picnics.
Fotografías de Johan Bakker, heatheronhertravels, Mike Peel, Beata May.