Guatemala es el escenario en el que, desde las calles de Sumpango, se vive un espectáculo único durante las fechas que rodean al Día de los Santos. Es el momento del Festival de Barriletes Gigantes, una suerte de cometas gigantescas que se elevan por los cielos para espantar a los espíritus diabólicos que vienen a perturbar el descanso de las ánimas buenas.
El lanzamiento de estas enormes cometas, los barriletes, se remonta a una tradición que, con casi 400 años de antigüedad, ha sido declarada Patrimonio Cultural de Guatemala.
El primer día de noviembre, los sumpangueros se trasladan a los aledaños del Campo Santo y allí se esfuerzan por elevar sus barriletes, algunos de dimensiones tan descomunales que sobrepasan los 15 metros. El colorido espectacular y el impacto del viento contra las cometas, mantienen alejados a los malos espíritus del inframundo.
Mientras, en el cementerio, las familias adecentan los enterramientos de sus seres queridos y pasan con ellos el día, en un bullicio de trasiego interminable. Vivos y muertos se unen en la tradición de Sumpango para, una vez al año, estar todos juntos y disfrutar de la ‘comida mágica’. Por un día, los alimentos traspasan las fronteras entre la vida y la muerte para reunir a todos los seres queridos de uno y otro lado de la frontera de la vida.