Quedan unos días de duro camino polvoriento, hasta llegar a la localidad almonteña donde espera la imagen venerada por miles de asistentes que vivirán días extraordinarios de fervor y fiesta, hasta que todo culmine con el salto de la reja, cuando los almonteños sacan la imagen de la ermita y la pasean por las calles de Almonte.
Es un camino difícil, en el que la Blanca Paloma es llevada en volanda por las calles del pueblo rociero, mientras los peregrinos pugnan por poder tocar algunos de los varales o incluso el manto de la propia imagen.
La romería de la Virgen del Rocío es sin duda una de las más multitudinarias que existen y ya se hablaba de ella en el Libro de la Montería de Alfonso XI, datado en el siglo XIV.
En los últimos años, la tradición se intenta conjugar con algún modo de paliar el impacto ambiental que supone el paso de miles de personas por el ecosistema protegido del Parque Nacional de Doñana.