El mercado de Navidad de Tallin, en Estonia, no tiene un pasado glorioso o remoto, como casi cada rincón de esta bellísima ciudad a orillas del Golfo de Finlandia. Sin embargo, y a pesar de que su historia se remonta a 1991, el mercadillo navideño posee el honor de ser el lugar en el que supuestamente se situó el primer árbol de Navidad de la historia.
Y es que al parecer, en 1441 y en la noche de Navidad, un rico comerciante achispado por el licor y la alegría de las fechas, desahogó su euforia bailando con las jóvenes de la ciudad alrededor de un árbol al que posteriormente dieron fuego.
Dice la leyenda que ahí se inició una tradición anual que ha conducido hasta los actuales abetos navideños. Aunque existen otras versiones de este entrañable árbol, mucho más reciente y constatable, de la que hablaremos en un futuro post.
El caso es que sea como fuere hasta este año el mercado de Nöel de Tallin ha estado ocupando la Raekoja plats, o lo que es lo mismo, la Plaza del Ayuntamiento que, por otra parte es el Consistorio más antiguo del norte de Europa y fue edificado en plena era medieval, en el siglo XV.
A pesar de su juventud, el Jõuluturg – “mercado de Navidad”, en estonio- crece cada año y se aprovecha del encantador entorno que supone el casco viejo de Tallinn. Su árbol sirve de techo para Papá Noel, ya que incluso poseen una oficina postal para Santa, algo que sólo ocurre en esta ciudad.
Tallin no necesita motivos especiales para ser visitada, pero imaginársela en estas fechas…