Tal vez sea uno de los ‘Martes de Carnaval’ más famosos del mundo y desde luego lo es de cualquier lugar de Norteamérica. El Mardi Gras de New Orleans captura la esencia necesaria para comprender buena parte del cultura del Mississippi y, en especial, de Nueva Orleans, una ciudad sureña imbuida de una mezcla de culturas que la hacen única y especial.
Un combinado de opciones africanas, españolas, latinas y, cómo no, afrancesadas, hacen de este carnaval un plato tan especial como muchos otros de la espectacular gastronomía de la ciudad de Lousiana. El Mardi Gras se vive aquí bailando, comiendo, disfrazándote, ‘jazzeando’, practicando una ambigüedad difícil el resto del año.
Vivir el Mardi Gras de New Orleans es remontarse hasta sus orígenes, completamente perdidos en el tiempo, aunque los primeros días festivos documentados ya datan de finales del siglo XVII. También es pasear, con más fuerza si cabe, por el exótico barrio francés, donde el carnaval se ve tamizado por la herencia de esa época de colonización europea.
Desde luego no podemos dejar atrás la participación imprescindibles de las bandas de música, en un punto del planeta donde la música negra suena de manera inconfundible, regada por influencias y raíces de todo tipo, como un compendio de la historia del ritmo, embarrado de sacrificio, desde África al Mississippi.