En esta aventura se mezclan dos atractivos imperdibles. Por una parte nos encontramos con la espectacularidad natural del Gran Cañón del Colorado y su belleza agreste, rotunda y apabullante; y la rareza que constituyen, en medio de ese inmenso paisaje, algunos pueblos abandonados.
Son los recuerdos de otros tiempos, cuando en la zona se establecieron distintas compañías mineras. Desde la fiebre de oro hasta la búsqueda de cobre o hierro, el hombre ha dejado su huella, la mayoría de las veces de forma descontrolada, sobre un terreno con millones de años. De hecho esa es la razón de su riqueza.
Se supone que el Parque Nacional podría tener unos 40 millones de años de antigüedad, si bien el Gran Cañón es el resultado de casi seis millones de años de drenaje del curso del río Colorado. En la actualidad, dos millones de años de historia quedan expuestos a través de sus múltiples capas y también una innegable riqueza de minerales.
Lo cierto es que la historia reciente no se acaba con aquellos viejos asentamiento mineros del Gran Cañón y, recientemente, se ha aprobado la extracción de uranio en la zona, lo que ha desatado una fuerte polémica entre conservacionistas y ONG’s.
