Imaginad que estáis solos, en mitad de un desierto mortal, árido y seco como ningún otro del planeta y cuando pensáis que lo único que puede preocuparos es encontrar agua… aparece una roca deslizándose “tranquilamente” por la llanura. ¿Qué la empuja? ¿Cómo se está moviendo? ¿A qué se debe ese fenómeno? ¿Es producto de tus alucinaciones debido al calor y la sed?
Pues la última pregunta es la única que tiene respuesta: No, no se trata de un espejismo. Las rocas de Racetrack Playa, en el Valle de la Muerte de California, se deslizan solas y nadie sabe por qué razón. De hecho, geólogos, físicos, ingenieros, científicos y especialistas en tecnología espacial estudian, a través de la NASA, este fenómeno para el que aún no se ha encontrado una explicación.
Desde la década de los años 40, los estudiosos están intentando desvelar el por qué piedras de todo tipo, han llegado a encontrar rocas “deslizantes” de más de 300 kilogramos, se desplazan sobre el terreno y dejan tras de sí el sendero perfecto que nos permite llegar hasta el punto del que partieron… o no.
Al parecer, si seguimos el rastro que han dejado trazado sobre la pista podemos llegar al lugar del desierto en el que originariamente descansaba la roca, pero en otras ocasiones la señal simplemente desaparece, como si la piedra hubiese salido de la nada.
Además se han registrado rocas deslizantes que “viajan” en pareja y en perfecta sincronización de sus movimientos. Los investigadores han buscado campos magnéticos, han llegado a medir la radiación e incluso buscar si existía algún tipo de pendiente imperceptible, pero la sorpresa fue mayúscula al averiguar que cuando existía una pequeña inclinación esta era cuesta arriba.
Este tipo de movimientos han sido documentados en otros lugares de California y Nevada y la NASA continúa intentando cazar “el soplo” que imprime velocidad a estas piedras. Por cierto, algunas vuelven sobre “sus pasos” al lugar del que partieron.