A pesar de la estética casi onírica y de la naturaleza de estas mastodónticas piedras coruñesas, lo cierto es que El Parque de los Menhires de A Coruña no es, ni mucho menos, una congregación de auténticas piedras sagradas milenarias. De hecho nada tiene que ver con menhires prehistóricos y antiguos druidas.
Eso sí, este grupo de menhires que se levanta en los alrededores de la archiconocida Torre de Hércules, es un homenaje, en toda regla, a la herencia céltica de los habitantes de Galicia.
El que los menhires no sean auténticos no resta ni un ápice de belleza al original paisaje que se levanta en una de las zonas más visitadas de esta parte de Galicia. Porque no podemos negar que el faro denominado la Torre de Hércules, Patrimonio de la Humanidad, es uno de los puntos que más turistas congrega.
Las razones son obvias, hablamos del único faro romano y el más antiguo en funcionamiento del mundo. Estas razones le valieron su inclusión en la Lista de la Unesco y, por ello, los coruñenses quisieron rendir homenaje a su Torre de Hércules y qué mejor manera que levantando a un brazo de mar un Parque de Menhires en memoria del legado cultural de las tierras de Galicia.
La visión resulta espectacular, de una belleza incuestionable, sobre todo si sabemos llegar en ciertos momentos en los que la luz y fenómenos meteorológicos como la bruma, aportan su granito de arena a tan fabuloso paisaje.