Único en su género, el Corral de Comedias de Almagro es también el último recinto de este tipo que se conserva intacto en todo el mundo y, aunque no se sabe con exactitud la fecha de su construcción, todos los datos arquitectónicos indican que pertenece a principios del siglo XVI o principios del XVII.
El espacio escénico, que continúa dedicándose a albergar escenificaciones teatrales de todo el mundo, se denomina corral debido a que, durante la época de esplendor del teatro español, las representaciones ambulantes se realizaban en los corrales y en los patios de las posadas. Precisamente, su extraordinaria conservación se ha debido a que en ningún momento ha dejado de ser usado como mesonería, una de los destinos para los que fue edificado: mesón y corral de farsas.
En el siglo XVIII las representaciones fueron prohibidas, por la falta de condiciones higiénica de los locales -que podían propiciar enfermedades- y el riesgo de incendio que comportaban los materiales con los que se construían estos recintos, también propios en el teatro de la Inglaterra isabelina.
Desde 1955 es Monumento Nacional y, en la actualidad, es el centro sobre el que gira uno de los encuentros teatrales más importantes de la dramática internacional: El Festival de Teatro Clásico de Almagro. El evento se celebra durante el mes de julio, repartido por cinco escenarios de la localidad manchega. El calor es importante en los Campos de Calatrava durante esas fechas, pero las altas temperaturas dan paso al fresco de la noche y es entonces cuando Almagro se viste de gala para devolvernos la genialidad de las más grandes obras del Teatro Clásico mundial.
Si tenéis la suerte de pasear por las bellas calles de Almagro tenéis la “obligación” como viajeros de visitar el Corral, beber un buen granizado de limón, pasear por la impresionante arquitectura de sus conventos, charlar con las últimas encajeras de bolillos y saborear una perdiz en escabeche y unas típicas berenjenas de Almagro.
Brüteztraüsens marzo 13, 2011 a las 7:30 am
almagro me encanta
ResponderDarR marzo 14, 2011 a las 2:56 pm
No me extraña, Brüteztraüsens. Yo paso por esa hermosísima ciudad varias veces al año, sólo por el puro placer de pasear por sus calles, contemplar un tiempo casi detenido y disfrutar de su exquisita gastronomía y la bondad de su gente. Ah y por supuesto recomiendo con insistencia su fantástico festival de teatro. Saludos.
Responder