Hoy os proponemos viajar en el tiempo gracias al Valle de la Luna, en el parque provincial Ischigualasto, a escasos 13 kilómetros al oeste de San Pedro de Atacama, Chile. Se trata de un espectáculo geológico sin igual, declarado Patrimonio Natural de la UNESCO desde 1982, que nos permite conocer en vivo y en directo lo que hubiera sido vivir en pleno período Triásico.
Por si tenemos algún lector/a despistadill@, os diré que el Triásico, tal y como la humanidad divide el tiempo en años y días, se corresponde con el primer periodo de la era Mesozoica. Es decir, desde los 250 a los 200 millones de años antes de Cristo.
Para visitar el Valle de la Luna podemos contar con la ayuda de guías, que nos irán narrando la historia del lugar. Donde antes se encontraba una vegetación frondosa y cohabitaban diversas especies de animales, hoy nos topamos con un desierto árido, donde prácticamente nunca llueve, los vientos no cesan y las temperaturas son de lo más elevadas.
Con el paso de los años, el viento y la erosión han sido los responsables de crear estas impresionantes formaciones de dunas, rocas, acantilados… de tan variados colores, capaces de cambiar de aspecto bajo el efecto de los rayos solares, que tan impresionados nos dejan a los visitantes.
Una vez allí no podéis perderos formaciones como “El gusano”, “Valle Pintado”, “La Esfinge”, “La cancha de bochas”, “El Submarino”, “El Hongo” y las “Barrancas coloradas”. Como podéis apreciar en las imágenes, el nombre del parque lo dice todo, es como si además de retroceder en el tiempo, nos encontrásemos en la luna sin necesidad de haber viajado en cohete espacial.