Belice es quizá uno de los países centroamericanos menos conocidos por el público en general. Se suele hablar de esta maravilla natural, tan cercana a Guatemala y Honduras, apenas para relacionarla con sus actividades financieras, al ser considerado uno de los paraísos fiscales en el que las grandes fortunas intentan camuflar sus números.

Sin embargo, al margen de las entidades bancarias y las operaciones financieras, Belice es un estado cargado de historia y repleto de leyendas. Apegada a su pasado colonial más reciente, bajo la bandera del Reino Unido, este pedazo de tierra tenía mucho que contar antes de que llegasen los europeos.

Buen testimonio de ello son las ruinas mayas a las que podemos asistir para quedar maravillados por la supremacía de un pueblo histórico que, con la llegada de los españoles, comenzó una nueva etapa muy conectada a Europa. Entre esa huella española y los colonos británicos, se propagan una serie de características muy peculiares, como el hecho de que las lenguas más habladas sean el español y el criollo, a pesar de que el idioma oficial sea el inglés.

Las historias de piratas y filibusteros han dado para más de una musa inspiradora de relatos, películas, cuentos… y lo cierto es que existieron y que se quedaron por aquí, dedicados al trapicheo con el palo de tinte, un árbol tan resistente que crecía por la zona, que no necesitaba cuidados y que, además, era muy apreciado por los europeos por sus propiedades para tintar los tejidos.

Hoy en día, al margen de las grandes operaciones financieras, Belice sigue mostrando al visitante un trasfondo de naturaleza exuberante, impresionantes fondos marinos, un magnífico clima tropical y una belleza imponente.

Fotografías de accin355, trishhartmann, tacogirl, archer10 (Dennis), anoldent y The Sean & Lauren Spectacular.
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