Las huellas rupestres más jóvenes de esta zona de  tienen más de cinco milenios de antigüedad. Sin embargo, un viaje al arte rupestre de Gobustán nos hace ver, rápidamente, que apenas acabamos de empezar en ese viaje inverso por la historia del hombre, ya que algunos de los hallazgos de la zona datan de 20.000 años atrás.

Es el Parque Nacional de Gobustán, un parque cultural de arte rupestre que, como no podía ser de otra manera, es Patrimonio de la Humanidad. Para acercarnos a sus curiosidades, debemos desplazarnos a unos 65 kilómetros al sur de Bakú, la capital azerbaiyana. El espectacular yacimiento arqueológico que nos encontramos es único en el mundo.

Tallas rupestres, pinturas prehistóricas, volcanes de lodo, piedras de gas… Toda la historia del hombre del Cáucaso contada a través de petroglifos. Casi 600.000 escenas en distintas pinturas rupestres que narran todo tipo de actividad de los antiguos pobladores prehistóricos. Escenas de caza, familiares, sociales, danzas…

Junto a ellas, los volcanes de lodo. Sólo en Gobustán se encuentran más de la mitad de los volcanes de barro de todo el planeta; unos 300 más o menos, que son visitados por el llamado ‘turismo del barro’, visitantes que buscan las supuestas propiedades medicinales de estos lodazales, no exentos de peligro. De hecho, hace tan solo una década, uno de ellos llegó a hacerse muy famoso debido a una repentina erupción que provocó llamaradas de más de 15 metros de altura.

Por si todas estas cosas fueran insuficientes para despertar la curiosidad del viajero, decir que junto a esos cráteres y a los petroglifos de Gobustán, se hayan las piedras de gas. Es el Gaval Dash, una piedra que solo se encuentra en Azerbaiyán y que, gracias a su composición química, produce al ser percutida un sonido parecido al de una pandereta.

Fotografías de Bruno Girin, Don-kun, Azeri, Abu Zarr.
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