La capital de Austria, la Ciudad del Danubio, la Perla de Europa Central, el epicentro de la música, la urbe del vals, la ciudad de los cafés… todos estos apelativos y más podrían definir a Viena y sólo lo harían someramente, porque el destino austriaco es uno de los más completos, hermosos y diversos de toda Europa.
Cargada de historia, monumentos y música, la ciudad que descansa a orillas del Danubio ofrece un cúmulo de sensaciones y emociones vibrantes al viajero que se acerca hasta ella. Tradición y modernidad se combinan de manera experta en una ciudad donde la cultura nunca ha tenido sosiego.
Museos, teatros, conciertos, monumentos… todo está dispuesto para que el síndrome de Stendhal pueda tener aquí un centro dedicado a su estudio. Armonía y belleza alternan con el desenfadado ambiente de las vanguardias y tribus urbanas que ocupan pubs y cafés con la caída de la tarde.
Evidentemente no podemos pasar sin escuchar música en esta mítica y legendaria ciudad de partituras y aunque sus muchos teatros nos ofrecerán una buena opción para disfrutar de fantásticas melodías, la propia calle está llena de virtuosos artistas callejeros que demuestran que, en esta ciudad, el arte tiene ha puesto el listón muy alto.
