Es la segunda gran ciudad del país nipón, junto a Tokyo. Pero aquí, en Kyoto, se conservan de manera casi preciosista los toques más tradicionales del antiguo Japón. No es raro, durante centurias y centurias, esta ciudad fue la capital del Japón Imperial.
Más tarde, cuando a partir de 1868 en que el emperador traslada la capital a Tokyo, Kyoto ha cobrado protagonismo por otras razones. En la Segunda Gran Guerra sería la única ciudad japonesa que no fue bombardeada por los aliados; la novela de Arthur Golden, ‘Memorias de una Geisha’ y la posterior película producida por Steven Spielberg, centraba la actividad de la protagonista en esta ciudad; el famoso Protocolo de Kyoto pretendía comprometer a todo el mundo ‘civilizado’ en la lucha por prevenir el cambio climático…
Hoy es uno de los principales centros turísticos de Japón, precisamente por su riqueza monumental, algunos inscritos en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, y por su apego a las tradiciones milenarias del país del sol naciente, pues hasta la antigua ciudad fue levantada siguiendo las leyes del Feng shui.
Por cierto, en Kyoto se encuentra el centro cinematográfico del país, donde se ruedan la mayoría de las producciones japonesas y donde se recrean antiguos edificios de la historia del país.
Mon Lerma diciembre 26, 2012 a las 10:05 pm
Kyoto es una de las antiguas capitales de Japón, pero no es la segunda ciudad de Japón (al menos en población) sino Yokohama. Hablando de templos, si no me equivoco, sí que sería la primera ciudad del país porque su prefectura le otorga más de 3000 templos,algo verdaderamente increíble. Y otro pequeño dato: Kyoto no fue bombardeada en la II Guerra Mundial… de milagro. Fue uno de los 5 puntos que eligieron los estadounidenses para ser bombardeados, pero al final se decantaron por “sólo” dos. Un saludo!
ResponderMar Santiago enero 9, 2013 a las 2:11 pm
Efectivamente, Mon, la importancia de la antigua capital japonesa no estriba en su número de habitantes. Kyoto despega dentro de la economía del país gracias a su plataforma administrativa, su patrimonio histórico y cultural y, como bien dices, el abrumador número de templos. En cuanto a lo de los bombardeos de la II Gran Guerra, desgraciadamente la historia guardó en la memoria de todos el nombre de las dos grandes damnificadas por la bomba atómica. No obstante, la razón por la que Kyoto no fue blanco de la megamunición norteamericana es que el secretario de guerra del país había estado en la ciudad en su luna de miel. Le gustó tanto y quedó tan encantado con su monumentalidad, que decidió ‘conservarla’. Lástima que no hubiese dado un paseo también por Hiroshima y Nagasaki… nos habríamos ahorrado un buen número de muertos.
ResponderGracias por tu aportación. Un abrazo.