Kliptwon

Más allá del sonido de las vuvucelas y las canciones de Shakira, alejados de la estridencia ostentosa de los turistas que acudieron para ver coronada a España como reina del Mundial de fútbol de 2010, a años luz de la pomposidad del Soccer City Stadium, existe otra realidad más contundente y tangible en Johannesburgo.

La capital financiera de Sudáfrica, Igoli -la ciudad de oro- para los zulúes, es por demás la urbe de los más acusados contrastes. En la ciudad del oro y los diamantes, subyace el estigma de la corrupción y las desigualdades sociales, ejemplarizado todo en uno de los suburbios más desoladores de Soweto: Kliptown, unos luchadores contra la esclavitud.

Agua potable

Resulta impensable que estemos hablando del barrio más antiguo del famoso municipio negro y que su existencia se remonta hasta la última década del siglo XIX. Coqueteando siempre con la marginalidad y los desterrados, con los inmigrantes y los oprimidos, con los desposeídos y los olvidados, esta extensión chabolista sigue sin los más elementales bienes de supervivencia cotidiana. El agua y la luz son una quimera, las condiciones higiénicas y sanitarias un despropósito y la igualdad social, la sanidad, la educación… palabras huecas.

No obstante este barrio tiene la honra de poseer una historia apabullante y orgullosa. En Kliptown se forjó el Congreso del Pueblo, que daría a luz la Carta de la Libertad, de todos aquellos que se oponían a la barbarie y la humillación de uno de los hechos más vergonzosos de la humanidad, el apartheid.

Las promesas de los políticos preconizan una y otra vez el fin de esta situación de miseria y aunque ya existen algunas edificaciones más consistentes, el chabolismo de la Hani Chris Dlamini sigue ahi.

Fotografías de babasteve, Sustainable sanitation, zieak, ProfAlliRich.
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