Se llama Kanamara Matsuri y se celebra cada año en la primavera japonesa. Es el Festival del Falo de Metal, todo un homenaje al pene, al que acuden personas llegadas desde todos los rincones de Japón. Aunque en un principio se trata de una fiesta religiosa de la tradición sintoísta, que se lleva a cabo anualmente en la ciudad de Kawasaki, en los últimos años, la fiesta comienza a tomar otro tipo de cariz.
En las calles de Kawasaki, alrededor del primer domingo de abril, las parejas heterosexuales en procesión para que se favorezca su fecundidad, se mezclan con lesbianas y homosexuales. La comunidad LGBT de Japón, ha encontrado en el Festival del Falo de Metal una forma de expresar su particular día del ‘orgullo’.
Como no podía ser de otro modo, el Kanamara Matsuri también atrae a un sinfín de curiosos que se suman a este evento, una de las fiestas más curiosas e insólitas del calendario mundial, donde el protagonista indiscutible es el pene, homenajeado de todas las maneras: dulces, golosinas, ilustraciones, verduras esculpidas, esculturas… y hasta su propio mikoshi, una especie de capilla móvil, pero con forma de falo.
En la actualidad, los fondos recaudados a través de la celebración de esta antigua tradición, son destinados a organismos que participan en la lucha con el VIH.